...a través de Bertha Dudde - 17.09.1953
BD 5771 Invitados a la mesa del Señor …

Venid a Mi Mesa, así también recibiréis alimento y bebida para vuestra alma … ¿Qué necesitáis más que lo que fortalece el alma? ¿Qué os puede faltar si vuestra alma está provista … si buscáis primero lo que os trae la Salvación …? Entonces cumpliréis plenamente vuestro propósito en la Tierra, y el cuerpo también tendrá lo que necesita mientras sea la morada del alma. Y Yo sé realmente cuánto tiempo vuestra alma necesita su caparazón, cuánto tiempo debéis vivir como ser humano en la Tierra para conseguir al alma la madurez necesaria.

Y mientras eso dure el cuerpo se preservará. Por lo tanto, si Me pedís algo, será sólo para vuestra alma, y recibiréis en abundancia. Vuestra alma no tendrá hambre, y vuestro cuerpo también tendrá en abundancia, porque os esforzáis primero por cumplir Mi voluntad, por recibir Mi Palabra, por escucharme, y así sois huéspedes dispuestos a recibir en la Mesa del Señor. Quiero ofreceros continuamente el alimento de vuestra alma. Quiero que os alimentéis con el pan del Cielo, que recibáis Mi Palabra, que os da a vuestras almas la fuerza para ascender a las alturas.

Yo quiero que acudís a Mí a menudo al respecto, para que siempre estéis dispuestos a escucharme cuando os hablo … Constantemente os invito a ser Mis huéspedes, a quienes quiero refrescar con pan y vino, con Mi carne y Mi sangre ,,, con todo lo que el alma necesita para crecer en luz y fuerza … Y en verdad, nadie pasará hambre ni necesidad de quien venga a Mi Mesa, quien Me pida dones de amor, que tanto necesita en su camino terrenal. Y por eso constantemente envío a Mis siervos a llamar a los seres humanos de la calle a Mi casa hospitalaria …

Yo dejo llamar a todos, para que vengan a Mí si quieren ser Mis huéspedes. Mi casa, sin embargo está apartado del camino ancho y, por lo tanto, tienen que abandonarla si desean llegar a Mí. Sin embargo, nunca se arrepentirán, porque en su amplio camino nunca encontrarán el delicioso refrigerio que se les ofrece en Mi Mesa. Y cuanto más a menudo hayan sido Mis huéspedes, más lo anhelarán. Sin embargo, tienen que venir a Mí voluntariamente, pues aunque les envío mensajeros, no obligaré a nadie a venir a Mi banquete. Sin embargo, quienes no escuchen Mi llamado se irán con las manos vacías, pues el mundo nunca podrá ofrecerles lo que Mi amor quiere ofrecerles … Mi Palabra, que es fuerza, luz y vida, y los conduce a la bienaventuranza …

Amén